domingo, 18 de octubre de 2009

Comentario energético Perú

Comentario:
Personalmente considero que el Estado Peruano abandono su papel de planificador en a decada de los 90s, via privatizaciones y la venta de un dogma idiológico de que "todo lo público es malo y todo lo privado es bueno". Hemos perdido muchas herramientas de política en sectores estratégicos de la economía, como es el energético. El esquema del Perú es simplemente dejar que el sector privado corra el riesgo, haga las inversiones, y obtenga sus respectivas ganancias y eso si, que pague las regalias respectivas para ver como el Estado las invierte en lo que considere pertinente, este es en resumente el papel de planificación del Estado Peruano en lo que es Energía, y en otros más, lo cual es muy facilista porque asi hemos llegado al momento actual en que el Estado no tienen poder de liderazgo o planificación del sector y únicamente se limita a emitir leyes y reglamentaciones.
Un ejemplo ridiculo de este comportamiento, es la opcion de Ecuador que renunción a tener política monetaría al adoptar el dolar norteamericano como su moneda oficial, claro que Ecuador dicta ciertas leyes y reglamentos respecto al sector monetario y bancario, pero ya no es lo mismo, ya no tiene política mnetaria, y lo peor es que el propio Estado esta perdiendo capacidades por si algún momento desea recuperar esta herramienta. Esto es más o menos el papel actual del Estado Peruano en el sector energia, un actor más del elenco. Mientras tanto les copio una noticia que vi en Semana Económica hace alguno dias.
La estrategia de desarrollo energético en el Perú: ¿estamos evolucionando?

Por: Juan José Córdova, socio de Auditoría de KPMG en el Perú

El desarrollo de la humanidad está ligado intrínsecamente con la evolución permanente en las fuentes de energía. La preocupación del ser humano por encontrar nuevas fuentes ha cambiado la estructura geopolítica del mundo, y los países deben conocer cuáles son sus ventajas y desventajas. Así, hoy la atención internacional está centrada en la seguridad energética, que incorpora elementos como la eficiencia energética, investigación y desarrollo, diversificación, geopolítica e interdependencia, entre otros. Además, la volatilidad de los precios de los combustibles fósiles, su probable tendencia al aumento y el cambio climático han dirigido la atención hacia las fuentes de energía renovable: tanto para modernizar tecnologías para el uso de energía eólica y biomasa como para desarrollar nuevas para el uso de energía solar, del hidrógeno y biocombustibles.
En Sudamérica se están produciendo asociaciones entre las empresas estatales para la exploración y explotación de energéticos, por ejemplo, entre Chile-Ecuador-Venezuela, Perú-Brasil, entre otras.
¿Cómo le va a nuestro país? Según el estudio Oportunidad de Cambio de la Matriz Energética para el Desarrollo Sostenible en Perú del Observatorio de la Economía Latinoamericana, la oferta de energía en el país está compuesta por el 70% de hidrocarburos (47% petróleo, 3% carbón mineral, y 20% gas natural y derivados) y el 15% de hidroenergía. El 15% restante, no-comercial (leña, bagazo, bosta y yareta), es consumido por las poblaciones más necesitadas. La estructura es vulnerable y por lo mismo, insostenible: depende en un 70% de fuentes de energía no renovable y contaminante, donde 50% del petróleo es importado. Por ello la premura del cambio de nuestra actual matriz energética.
La crisis económica mundial nos viene afectando sin duda, pero esto no fue del todo malo para el mercado eléctrico peruano. De haberse mantenido la demanda energética, que venía incrementándose anualmente, el panorama sería muy distinto en el 2009. Nuestra fuente de energía principal sigue siendo la hidroeléctrica, y en segundo lugar la energía térmica –principalmente gas– que está incrementando significativamente su participación en la matriz energética del país. Si no hubiera sobrevenido este freno en la demanda de energía, las reservas se hubieran agotado y los cortes de energía serían frecuentes. Afortunadamente, este respiro permitió que la entrada en operación de nuevas centrales y ampliaciones hidroeléctricas cubriera con suficiencia la demanda eléctrica.
¿Es suficiente? La generación de energía limpia, como la solar o la eólica, aún está en pañales. Lamentablemente, los costos de generar energía solar son elevados y la construcción de parques eólicos aún está en etapa de estudios de ingeniería. Sin embargo, algunos especialistas plantean que el cambio de estructura energética podría iniciarse en el sector eléctrico, dada la factibilidad de conectar 375 MW de generación eólica al Sistema Eléctrico Interconectado Nacional (SEIN) y la inminente construcción de seis centrales hidroeléctricas en la Amazonía peruana, liderados por el binomio Electroperú-Eletrobrás.
Si el país continúa en crecimiento –como esperamos que sea–, el incremento de la demanda energética será gradual, entonces las nuevas centrales o ampliaciones podrán oxigenar esta nueva demanda.
¿Y el uso de los biocombustibles? Se dio la partida con la exigencia legal de la comercialización de biodiésel en Lima Metropolitana a partir de enero del 2010. Si bien en el 2009 se importa aceite crudo vegetal para abastecer la demanda de biodiésel, existe una creciente producción local de biocombustibles que aportará la cuota necesaria para cubrir el porcentaje requerido por ley hasta el 2011, año en que algunos expertos afirman que el Perú ya podría autoabastecerse tanto para insumos de alimentos como para suministro de biodiésel.
¿Cuándo notaremos el cambio? Mientras se mantenga un parque automotor antiguo, sería absurdo esperar a percibir el cambio en el aire que respiramos. La labor del Estado es crucial para asegurar una permanente revisión de las unidades defectuosas y la exigencia de renovación del parque automotor. El bono de chatarreo encaja perfectamente en este esquema. Por otro lado, cerca de 90% del transporte peruano utiliza combustibles líquidos (diésel y gasolinas), señala la Dirección General de Hidrocarburos. Además, el sector transporte ha incrementado 400% su consumo de petróleo diésel en el lapso 1985-2006, mientras que en la industria y minería representa el 30% del consumo. Por ello, la urgencia de acelerar el uso del gas natural para abaratar costos en la industria, el transporte y los hogares, así como de establecer metas de reducción del índice de intensidad energética.
Asimismo, en el 2010 entrará en operación el sistema Metropolitano de Lima, con buses a gas, mientras que por el lado privado dos conocidas marcas de automóviles han lanzado al mercado sus modelos híbridos –que funcionan a energía eléctrica y gasolina–. Esto será todo un cambio para el conductor limeño acostumbrado a lidiar con el monóxido de carbono de unidades vetustas y una aguda congestión vehicular que genera no sólo contaminación acústica sino también inseguridad.
En este sentido, coincido con diversos especialistas en que la estrategia de desarrollo energético a largo plazo en el país debería sustentarse en tres pilares: el consumo de cantidades crecientes de energías renovables convencionales y no convencionales, la institucionalización de la eficiencia energética y la seguridad energética.
El país está cambiando, y depende de todos acelerarlo. Depende del Estado promocionar el uso de energía renovable y de cada habitante tomar conciencia del ahorro energético.