viernes, 25 de enero de 2008

Que buena estafa

Comentario:
Ultimamente he estado escuchando historia de estafas, de engaños y jugadas para aprovecharse uno de otros, sin embargo la siguiente historia lo que nos muestra es a un joven que no buscaba el lucro personal, sino mas bien reducir las posibles perdidas que podria tener su institución y que por los nervios actuales del mercado provoco una cadena de decicisiones presipitadas. Es increhible como funcionan lso mercados bursatiles en otras latitudes, tambien es incrhible el grado de sofisticación al que puede llgarse, no cualquiera tiene las habilidades de burlar protocolos de seguridad en inversiones Bueno no les sigo aburriendo más y dejo la historia.


El joven que realizó el fraude más grande de la historia

Jérôme Kerviel (foto), quien defraudó al Société Générale en u$s7.000 millones, obligó a la entidad a una venta de títulos que hundió a las bolsas de Europa ayer y que, a su vez, presionó a la abrupta baja de tasas de la FED. La historia


A primera vista la imagen es típica: un joven y ambicioso empleado bancario despilfarra sin conocimiento de sus superiores miles de millones en la bolsa y hunde a su banco en la crisis. Pero, ¿puede también un sólo operador desatar el pánico bursátil y obligar a la Reserva Federal a decidir el recorte de tasas de interés más drástico en casi un cuarto de siglo? Los operadores parisinos afirman que eso fue lo que sucedió en el caso de Société Générale.

Un "operador pequeño" del banco francés, Jérôme Kerviel, realizó durante 2007 y principios de enero numerosos negocios ficticios.

El hombre debía cubrir operaciones bursátiles de alto riesgo con contratos de futuros, es decir, asegurar con apuestas a plazo contra posibles pérdidas. Pero hizo trampa y mantuvo en secreto muchas posiciones de alto riesgo en lugar de venderlas.

"Fue despedido el domingo y de momento sólo hay querellas en los Tribunales", informó el periodista Luis Miguel Ubera, en contacto con Radio 10.

El hombre que engañó a abogados y accionistas y provocó una crisis financiera "no buscó el lucro personal, sólo camufló sus resultados dentro del sistema informático", recalcó el corresponsal de Radio Nacional Esapaña en París.

Pero la operación se hizo efectiva el lunes, cuando las cotizaciones registraron fuertes pérdidas. "Tuvimos mala suerte", dijo el presidente de Société Générale, Daniel Bouton. "Es la ley de Murphy", ironizó: cuando algo puede salir mal, todo sale mal.

El retroceso de las cotizaciones elevó las pérdidas hasta los 4.900 millones de euros (u$s7.200 millones).

Como las bolsas de los Estados Unidos estaban cerradas, las ventas afectaron a unas pocas plazas. Las cotizaciones siguieron cayendo, desatando el pánico vendedor en unos mercados ya demasiado nerviosos.

El índice DAX alemán, por ejemplo, perdió el lunes más de u$s60.000 millones y el pánico llegó a otras bolsas. "Esta pesadilla obligó a la FED a aplicar el freno de emergencia", según un operador.

El "pequeño operador" habría causado así involuntariamente la baja de tipos en Estados Unidos y forzado la convocatoria de reuniones de emergencia en los grandes bancos centrales.

Esta hipótesis no está probada. Sus defensores aseguran que ya a fines de 2002 un "comprador misterioso" que derrumbó la bolsa de Frankfurt con la adquisición de futuros del DAX. Estos mismos contratos acumulados podrían ser los que el lunes inundaron los mercados cundiendo el pánico.

Bouton subrayó sin embargo que el Société Générale fue víctima de los "gigantescos problemas del mercado" sufriendo "pérdidas fundamentalmente débiles". Bouton justificó la demora en informar a los mercados de la situación -hasta el jueves, cuando el banco ya se había desprendido de los títulos- con la seguridad de la compañía: "Si hubiéramos dado a conocer la situación en la mañana del lunes, las pérdidas habrían sido diez veces más grandes"."

Nuestra obligación era deshacernos lo antes posible de las posiciones de riesgo", explicó.

El resultado pasará a la historia: €4.900 millones son las pérdidas más grandes jamás causada por un solo operador, que incluso opaca al "legendario" Nick Leeson, quien en 1995 llevó a la ruina al tradicional banco británico Barings con una operación cuatro veces menor.

Pero al contrario que Leeson, que había ganado una buena reputación obteniendo millonarias ganancias en negocios especulativos, la responsabilidad del operador del Société Générale no era obtener ganancias, sino minimizar pérdidas.

Escapó a todos los mecanismos de supervisión por los conocimientos que había obtenido en su antiguo cargo de controller. En realidad a casi todos: había uno que desconocía, y eso lo llevó a cometer un error. El banco se niega por ahora a revelar cuál fue.